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Se me cae mucho el pelo en otoño, ¿qué hago?

La caída del cabello puede obedecer a muchas causas, si bien la genética y la hormonal son las más frecuentes. Pero, además, la ingesta de ciertos medicamentos, una dieta pobre en nutrientes o un período de mucho estrés pueden provocar una pérdida de densidad capilar. En otoño es frecuente percibir una mayor caída de lo normal, que se debe a varias razones y no tiene por qué señalar un problema capilar.

Clínica Capilar I Insparya ®

Una época de cambios que pueden afectar al cabello

Retomar el trabajo y el ritmo de vida habitual tras las vacaciones de verano supone un pico de estrés que puede verse reflejado en nuestra salud capilar

Además, la creencia popular otorga al otoño una responsabilidad extra en la caída del cabello. Pero lo que en realidad sucede es que durante esta época del año se produce una renovación más intensa. La explicación es que, en el ciclo de vida del cabello, la primavera y el otoño se corresponden con fases telógenas (de caída), que van seguidas de anágenas, en las que el pelo crece de nuevo.

Más allá de estas consideraciones, las agresiones que sufre nuestro cabello durante el verano, con una intensa exposición al sol, el cloro, la sal del mar, la arena, el viento y la humedad, pueden sumar también en esta caída otoñal. 

Por eso, si ves en el cepillo o en la ducha más cantidad de cabello del habitual, no te alarmes; puede ser una caída totalmente natural. Los entre 100-200 pelos al día que perdemos en los períodos anágenos llegan a ser el doble en otoño. Eso sí, si este ritmo continúa más allá de lo que debe durar esta fase telógena —unos tres meses—, lo mejor es que consultes con un especialista.

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El estrés, enemigo de nuestra salud capilar

El estrés continuado puede provocar la caída del cabello hasta desencadenar la denominada alopecia nerviosa. La buena noticia es que es un tipo de calvicie temporal, que puede revertirse si se elimina la causa que lo ha generado, es decir, si se rebaja el grado de estrés.

Así, el nerviosismo puede ser causante del efluvio telógeno, una caída difusa que afecta sobre todo a mujeres, y de la alopecia areata por estrés, una reacción del sistema inmune a ese estrés. También puede provocar tricotilomanía, un trastorno por el que la persona se arranca el cabello como consecuencia de un alto nivel de ansiedad.

Después de varias semanas de relax, sin horarios marcados y con descansar y divertirnos como únicas obligaciones, la vuelta puede suponer un importante bajón de ánimo. No siempre podemos volver al trabajo y a la vida estresante de la ciudad de forma paulatina, por lo que nuestra salud se puede resentir.

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¿Qué puedo hacer para frenar la caída del cabello en otoño?

Adaptarnos cuanto antes a las rutinas postvacacionales es clave para rebajar la cantidad de estrés y así no poner en riesgo nuestro cabello. A la vez, procura reducir al mínimo la aplicación de calor en el pelo, puesto que lo debilitará aún más. También es buena idea sanear el cabello tras el verano con un buen corte, así como incorporar a la dieta alimentos ricos en hierro, ácido fólico, magnesio, yodo, zinc, vitaminas del grupo B y colágeno.

Son de ayuda champús nutritivos y fortificantes como Nutri Plus de Insparya o el anticaída Prevent-HA, con su acción reparadora y regeneradora. Cuando los apliques, masajea suavemente el cuero cabelludo para favorecer la circulación sanguínea.

Asimismo, una mesoterapia capilar (MesoHair) estimulará y nutrirá tus folículos para que produzcan cabellos de mayor calidad y más resistentes. Además, el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) consigue que las unidades foliculares vuelvan a producir cabello con calidad y resistencia.

Si te preocupa la pérdida de cabello en otoño y necesitas una opinión especializada sobre tu salud capilar actual, en Insparya podemos ayudarte. Pide tu cita ya.