
Alopecia areata provocada por el estrés
El estrés es una fuente de problemas para nuestra salud que también está detrás de muchos casos de pérdida de cabello. Con el ritmo de vida que llevamos, la conocida como alopecia nerviosa es cada vez más frecuente. El cortisol, una hormona liberada por el estrés, puede provocar una peor circulación de la sangre y una pobre absorción de los nutrientes por parte del cuerpo cabelludo, lo que deriva en su caída.
Acabar con el estrés, que es la causa principal de esta alopecia, es clave para detenerla. Pero también hay tratamientos para recuperar el pelo cuando se ha caído por una racha de ansiedad y nerviosismo.

¿Cuáles son los tratamientos más eficaces contra la alopecia areata provocada por estrés?
La caída del cabello y el estrés están muy relacionados. Así, puede producir efluvio telógeno, tricotilomanía o trastorno de arrancarse el pelo o bien alopecia areata cuando el sistema inmune ataca los folículos pilosos como respuesta al estrés, evitando su crecimiento. Esto provoca la aparición de calvas redondas, en forma de moneda y de mayor o menor diámetro. Puede afectar al cuero cabelludo pero también a las cejas y a la barba.
Hay varias formas de enfocar la recuperación del cabello perdido tras un proceso de alopecia areata con causa en el estrés. Tras el diagnóstico, con el que se descartarán otros factores coadyuvantes, lo principal es regular con atención psicológica esos niveles de nerviosismo. En muchos casos, sobre todo los leves, esto bastará para recuperar por completo la salud capilar.
De no ser así, te explicamos a continuación algunas de los tratamientos, que pasan por la bioestimulación capilar y la oxigenación y reactivación del cuero cabelludo:Minoxidil oral o tópico. Su efecto vasodilatador se usa para fortalecer el cabello y detener su caída.

Inyección o aplicación tópica de corticoides para los brotes más leves, como las microinyecciones de triamcinolona. Su acción antiinflamatorio actúa sobre la respuesta autoinmune que desencadena el estrés, originando la caída del cabello. También se puede optar por la administración por vía oral.
Inmunomoduladores. Como por ejemplo la difenciprona. Su aplicación genera una reacción inflamatoria que sustituye a la inflamación propia de la alopecia areata. Con esto se consigue que el pelo vuelva a crecer.
Inmunosupresores orales. Es el caso de la difenciprona. Con su uso se provoca una dermatitis de contacto alérgica (esto sólo lo hace la difenciprona, no ciclosporina ni azatioprina) en el cuero cabelludo que ayuda a regular la inmunidad, creciendo así el cabello de nuevo.
Láser terapia. El casco Low Laser Therapy de Insparya estimula la circulación, por lo que ayuda a evitar la caída, estimula el crecimiento de nuevos cabellos y aumenta la densidad general.
Plasma sanguíneo rico en plaquetas (PRP). Es una técnica para promover la producción de cabello de calidad, que logra aumentar la vascularización de la zona.
La combinación de varias de estas terapias mejorará los resultados, pero no olvides que lo prioritario es reducir la ansiedad y el nerviosismo al máximo. Asimismo, ten en cuenta que con la alopecia areata provocada por el estrés no es recomendable un trasplante capilar, porque el cabello trasplantado podría volver a caerse.
Si has notado una pérdida repentina de cabello, ponte en manos de profesionales. En Insparya somos un grupo de expertos en el diagnóstico, tratamiento e investigación de problemas capilares dispuestos a encontrar una solución eficaz a tu alopecia areata provocada por el estrés.