Todo lo que debes saber sobre el ácido fólico bajo y la caída de pelo
La pérdida de cabello es una preocupación común que afecta a muchas personas en todo el mundo. Entre las múltiples causas de este problema se encuentra el déficit de ácido fólico. A continuación hablaremos sobre esta conexión y cómo ponerle remedio, sin perder de vista que la alopecia suele ser un problema multifactorial.
El papel del ácido fólico en la salud capilar
El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud capilar. Es esencial para la síntesis de ADN y ARN, procesos fundamentales para el crecimiento celular y la regeneración de tejidos, incluido el cabello.
La falta de ácido fólico puede afectar negativamente a la salud de las unidades foliculares, al debilitarlas hasta que terminan por morir y caerse. Además, hay que tener en cuenta que el ácido fólico contribuye a la circulación sanguínea, favoreciendo el suministro de nutrientes al cabello.
Es importante señalar que, aunque la deficiencia de ácido fólico puede contribuir a la pérdida de cabello, rara vez es la única causa.
¿Cuáles son los síntomas de tener el ácido fólico bajo?
Identificar la deficiencia de ácido fólico es fundamental para abordar la caída del cabello asociada. Puede ser causada por enfermedades gastrointestinales, como la celiaquía o la enfermedad de Crohn, que afectan la absorción de esta vitamina.
Algunos síntomas de una insuficiencia de ácido fólico incluyen fatiga, debilidad, palidez, irritabilidad, depresión y problemas de concentración. Sin embargo, es esencial destacar que estos síntomas pueden variar y no siempre son específicos de la deficiencia de ácido fólico, por lo que un diagnóstico médico es crucial.
Además, la falta de ácido fólico puede ocasionar un cabello quebradizo y sin vida, perdiendo su elasticidad característica. También puede dar lugar a un cuero cabelludo seco y que se descama con facilidad. Otros síntomas de la deficiencia de ácido fólico incluyen la aparición prematura de canas, alteraciones en la textura del cabello y la disminución del brillo.
¿Cuál es la relación entre ácido fólico bajo y caída del cabello?
La conexión directa entre el ácido fólico bajo y la caída del cabello radica en la influencia de esta vitamina en la división celular y el crecimiento de tejidos. La insuficiencia de ácido fólico puede llevar a la interrupción de estos procesos, debilitando las unidades capilares hasta desencadenar su caída.
Fuentes de ácido fólico
La incorporación adecuada de ácido fólico en la dieta es fundamental para mantener la salud capilar y prevenir la caída del cabello. Incluir este nutriente esencial en la alimentación es la mejor manera de prevenir su carencia, aunque un médico puede pautar suplementos en caso de ser necesario.
Así, es buena idea incorporar alimentos ricos en folato, la forma natural de ácido fólico, como espinacas, brócoli, aguacates, lentejas y garbanzos. Otra buena fuente son los cereales integrales fortificados con ácido fólico y los cítricos, como naranjas, fresas o kiwis.
Eso sí, antes de realizar cambios significativos en tu dieta o comenzar cualquier suplementación, es importante que un médico evalúe tus necesidades específicas y te ofrezca orientación personalizada. Además, es recomendable mantener una dieta equilibrada que incluya otros nutrientes esenciales para la salud capilar, como zinc, hierro y vitaminas del grupo B.
Recuerda que una dieta rica en ácido fólico no solo beneficia la salud capilar, sino que también contribuye al bienestar general del organismo. En Insparya nuestros equipo multidisciplinar de profesionales especializados pueden darte asesoramiento personalizado y evaluar tu situación para desarrollar un plan integral que aborde la caída del cabello.
La importancia de un diagnóstico preciso
El ácido fólico bajo y la caída del cabello están intrínsecamente vinculados, y poner remedio a esta deficiencia puede marcar la diferencia en la salud capilar. Sin embargo, es clave tener en cuenta que la pérdida de cabello suele obedecer a varias razones, por ejemplo las vinculadas con las hormonas, el estrés, los hábitos de vida, etc. Por este motivo un enfoque integral que incluya cambios en la dieta, suplementación bajo supervisión médica y atención a otros factores subyacentes es el abordaje más eficaz.
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