Sedentarismo y alopecia: así influyen tus hábitos en la caída del cabello
Las causas de la alopecia más frecuente, la androgénica, son genéticas y hormonales. Las razones inmunitarias están detrás de otras menos comunes, como la alopecia areata. Pero, en todos los casos, y no solo en la alopecia nerviosa, el estrés y los hábitos de vida pueden empeorar los síntomas. En esta línea, varios estudios señalan el sedentarismo como un acelerador de la alopecia androgénica.
La vida sedentaria, un riesgo para la salud capilar
Un estilo de vida sedentario se caracteriza por la inactividad física. Es decir, no se practica ejercicio de ningún tipo, ni siquiera moderado. Sin duda, la pandemia ha extendido el sedentarismo, provocando un aumento de la incidencia del sobrepeso en la población.
Así, tras el confinamiento muchas personas notaron un empeoramiento de su salud capilar. La poca actividad física por las restricciones, acompañada de estrés, una mayor ingesta de alimentos y de peor calidad se conformaron como el caldo de cultivo ideal para el debilitamiento y hasta la pérdida de cabello. Es decir, la combinación de la inactividad y el peso poco saludable acelera la alopecia en las personas con predisposición genética a padecerla.
Llevar una vida saludable ayuda a prevenir la alopecia
Mantener una actividad física regular oxigena el cuero cabelludo, al activar la circulación sanguínea, y potencia la eliminación de toxinas. Además, ayuda a regular el estrés porque, al practicar deporte, liberamos endorfinas y regulamos de forma natural la producción de serotonina.
Asimismo, prevenimos la obesidad, un factor de riesgo para la alopecia. Una excesiva grasa corporal puede desencadenar la pérdida de cabello, según un reciente estudio publicado en la revista Nature. Esto se debe a que el sobrepeso puede producir el agotamiento de las células madre del folículo piloso, al enviarles señales inflamatorias. Así, se daña el ciclo de crecimiento y regeneración del cabello, porque se bloquean los folículos y se miniaturizan hasta desaparecer.
Tener una alimentación poco equilibrada no solo ocasiona problemas con la báscula, dado que los déficits nutricionales son una causa más de la alopecia. Una alimentación rica en grasas y azúcares y pobre en nutrientes muy valiosos para la salud capilar (biotina, vitaminas A, C, D, E) acabará dañando nuestro cabello. También lo harán otros hábitos poco saludables como fumar, que provoca un estrés oxidativo que puede afectar al cabello, o beber alcohol con frecuencia.
Cuidados cotidianos que mejoran la salud capilar
Una higiene inadecuada que genera una acumulación de grasa, el uso de productos y tintes agresivos, la aplicación de tratamientos térmicos a altas temperaturas, los peinados tirantes… Todo ello puede influir negativamente en nuestro cabello, por eso los cuidados diarios son tan importantes.
Es recomendable emplear champús adecuados a las necesidades de nuestro cabello y aplicarlos con un suave masaje, así como secar el pelo con temperaturas moderadas y evitar trenzas o coletas apretadas.
Una vez se ha producido la caída, el trasplante capilar es la única solución definitiva contra la alopecia. Pero, si estás en las primeras fases en las que la pérdida de densidad y empeoramiento de la calidad del cabello son cada vez más notorias, puedes evitar que vayan a más sometiéndote a algún tratamiento capilar o una combinación de varios. Es el caso de la mesoterapia capilar (MesoHair), el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) o el láser de baja frecuencia.
Si sospechas que padeces alopecia o necesitas consejo para mantener una buena salud capilar, visítanos. En Insparya recibirás la atención más ajustada a tus necesidades. También podrás someterte, si es necesario, a una cirugía capilar con un equipo médico experimentado en trasplante de pelo y pionero en la técnica FUE.