A lo largo de la historia, el cabello ha sido símbolo de belleza, salud, juventud y poder. Por eso han surgido numerosas creencias populares y mitos sobre el pelo y su caída. La pérdida capilar ha inspirado rituales e interpretaciones a lo largo de los siglos, para intentar entender y, sobre todo, controlar esa pérdida.

Por suerte, en la actualidad la ciencia nos da todas las respuestas que necesitamos, y la investigación médica cada vez avanza más para detener la caída capilar. De este modo hemos llegado a la solución definitiva a la alopecia, el trasplante capilar, y a tratamientos eficaces para limitar la caída, tanto farmacológicos, como Minoxidil o Finasteride, como capilares, como la mesoterapia capilar mesoHAir+, el ActivePlasma o la fotobiomodulación.

A continuación, vamos a explorar algunas de las más conocidas supersticiones sobre la caída del cabello y su crecimiento, y a desmontar buena parte de mitos muy arraigados en muchas culturas.

La influencia de la luna en la caída del cabello

Algunas personas creen que la fase lunar puede influir en la pérdida de cabello. Se dice que cortarse el cabello durante la luna llena o nueva puede fomentar su crecimiento, mientras que hacerlo durante la luna menguante puede reducir la caída. Aunque esta creencia es popular en algunas culturas, no existen pruebas científicas que respalden esta afirmación.

Cortar el cabello promueve su crecimiento con fuerza y vitalidad

Esta afirmación tampoco es verdadera, ya que el corte no afecta a la raíz, que es la base de nuestro cabello. Lo único que podemos lograr es eliminar puntas abiertas, excesos de coloración y hacer que el cabello luzca más saludable simplemente con un cambio de estilo.

Cortarse el cabello no previene su caída, ¡ojalá lo hiciera! Pero un buen corte puede mejorar nuestro aspecto y aportarnos más seguridad y autoestima. Además, el pelo recién cortado puede lucir y sentirse algo más fuerte, pero el ritmo de crecimiento, su grosor y textura no van a variar, puesto que todo esto lo define nuestra genética.

Lavar el cabello con frecuencia puede provocar su caída

No, la caída del cabello no guarda relación con lo a menudo que nos lo lavemos. Para saber cuál es la frecuencia ideal, basta que apliques una sencilla regla: lávalo cuando esté sucio. De acuerdo a esta regla, sí que es cierto que un exceso de lavado (por ejemplo, dos veces al día todos los días) puede alterar las condiciones de humedad del cuero cabelludo y, por tanto, su PH y flora habitual, que deben tener un perfecto equilibrio que la salud capilar sea buena. Asimismo, un exceso de humedad residual o un inadecuado secado puede provocar cambios en estas condiciones y, por tanto, tener un impacto negativo en el cabello.

Ten en cuenta que de forma natural se nos caen entre 50 y 100 pelos al día, en función de las fases de crecimiento del cabello, y esto es independiente de la higiene capilar. Eso sí, si tienes el cuero cabelludo graso, es necesario lavar el cabello con regularidad para eliminar la acumulación de sebo. Es recomendable hacerlo con un champú seborregulador, como Insparya No Grease. Ten en cuenta que, si no, se obstruye la raíz, con lo que se puede desencadenar la caída al no poder oxigenarse correctamente el folículo, así como al no recibir los nutrientes necesarios. En estos casos, si necesitas un aporte equilibrado de estos nutrientes, te recomendamos el champú Insparya Nutriplus.

Si tengo canas, no se me caerá el pelo

Este es uno de los mitos más arraigados, casi una creencia popular. Sin embargo, es importante aclarar que tener canas no evita la caída del cabello. La cana no es otra cosa que un cabello al que se le ha terminado la melanina, responsable de su pigmentación.

Este mito surge porque en personas que llegan a cierta edad conservando gran parte de su cabello, el color suele ser gris o incluso blanco, por el envejecimiento.

Arrancar canas provoca que salgan más

También es común la creencia de que arrancar un cabello gris o blanco provoca que aparezcan más canas en su lugar. Aunque este mito está ampliamente extendido, no hay evidencia que lo respalde. La aparición de canas es provocada por la disminución de la producción de melanina, un proceso natural del envejecimiento.

En resumen, arrancarse una cana no provocará el crecimiento de dos nuevas canas, aunque no hay duda de que no es la mejor solución para eliminar el pelo gris. Aplicar un tinte es la mejor alternativa, rápida, cómoda e indolora.

La alopecia es hereditaria

Si bien la alopecia androgenética es hereditaria, tanto su versión masculina MAGA (male androgenetic alopecia)  como femenina FAGA (female androgenetic alopecia), no sigue un patrón temporal definido. Esto explica que pueda saltarse alguna generación y manifestarse en futuras. Es decir, puede no haberse heredado de los progenitores y sí de antepasados anteriores y otros parientes. 

Hoy sabemos que la herencia es poligénica y, aunque 40 genes de los 287 asociados a la alopecia se heredan a través del cromosoma X materno, esta herencia no es exclusiva de la madre. Además, aunque hereditaria, la penetrancia y la expresión genética de esta condición estará influenciada, a su vez, por otros factores externos. 

Es el gen llamado AR el encargado de codificar el receptor de andrógenos responsable del debilitamiento y pérdida del cabello en este tipo de alopecia. 

En el caso de las mujeres, si se trata de alopecia androgénica, sigue los mismos patrones que en los hombres. Sin embargo, las mujeres pueden experimentar otros tipos de alopecia, como el efluvio telógeno, que suele desencadenarse por cuestiones hormonales.

Prescindir del champú es lo mejor para el cabello 

La tendencia “ no-poo “ o “no-poo movement” que promueve no utilizar champú y reemplazarlo solo con agua, bicarbonato y vinagre, puede aumentar el riesgo de infecciones en el cuero cabelludo. No podemos olvidar que el champú es clave para eliminar la grasa excesiva, en donde además se pueden aglutinar células muertas del cuero cabelludo, suciedad del ambiente y restos de productos capilares. Si no limpiamos regularmente todo esto, se creará el caldo de cultivo ideal para la aparición de esos microorganismos que originan infecciones. 

Además, tampoco es acertada la creencia de que al no lavarse el pelo llega un punto en el que se genera menos grasa. La cantidad de sebo que producimos viene determinada por las hormonas, y es diferente en cada persona. Es más, al añadir bicarbonato al agua podemos irritar el cuero cabelludo si lo aplicamos de forma continuada, y también puede decolorar el cabello. Por otro lado, genera un efecto rebote, parecido al que provoca usar demasiado champú: es decir, producir más grasa de la que debería.

En esta línea, tampoco es recomendable la tendencia “co-wash”, que basa la limpieza en aplicar únicamente acondicionador en el cabello. De esta forma no lograremos una higiene capilar completa, porque el acondicionador está formulado solo para nutrir y suavizar, no para limpiar. De nuevo nos encontramos con la problemática de la obstrucción de los folículos pilosos, que puede propiciar la caída si no se soluciona a tiempo.

Seguro que conoces muchos más mitos y creencias populares en torno a la caída del pelo. Como ves, la inmensa mayoría sin evidencia científica pero sí mucho arraigo. Ante la duda, lo mejor es consultar con un médico especialista como los que conforman el equipo de Insparya, con más razón si notas que tu cabello se cae más que de costumbre. La caída capilar es un fenómeno que puede estar influenciado por diversos factores, como la genética, la salud y los cuidados capilares adecuados, por eso es tan importante encontrar la causa. Contacta ya y recibe tu diagnóstico gratuito.