No al uso de herramientas de calor: ¿por qué?
En la búsqueda de nuevos peinados y estilos, muchas veces recurrimos a herramientas de calor como secadores, rizadores y planchas. Sin embargo, su uso demasiado frecuente puede afectar negativamente a nuestra salud capilar, deshidratando y debilitando al cabello hasta dejarlo sin brillo ni vitalidad. Te mostramos a continuación las razones para evitar el uso frecuente de herramientas de calor para el cabello y cómo mitigar sus daños cuando las empleamos.
Consecuencias del uso de herramientas de calor en el cabello
Puede parecer que usar la plancha de vez en cuando no es algo especialmente malo para el cabello, o que secar el pelo con secador es algo tan cotidiano como inocuo. Pero nada más lejos de la realidad. La cuestión es que, como los daños aparecen de forma gradual, es muy común que pasen desapercibidos hasta que ya es demasiado tarde. Pero la lista de consecuencias negativas es lo suficientemente amplia como para disuadirnos de su uso:
Deshidratación
Las altas temperaturas de las herramientas de calor hacen que el cabello pierda su humedad natural, por lo que la melena lucirá seca y sin vida si el uso es demasiado frecuente.Ten en cuenta que la exposición repetida al calor puede dañar la cutícula del cabello, haciéndolo más poroso y propenso a la sequedad, la fragilidad y el encrespamiento. Además, puede irritar e inflamar el cuero cabelludo, lo que puede comprometer el normal crecimiento del cabello.
Puntas abiertas y rotura
Como decíamos, el calor excesivo debilita el pelo, lo que provoca la aparición de puntas abiertas y hasta de roturas de la fibra capilar. Si, además, usamos otras herramientas de peinado agresivas o técnicas poco cuidadosas, podemos dañar nuestro pelo hasta provocar su caída, lo que redundará en una menor densidad capilar.
Pérdida de brillo y suavidad
El calor extremo puede afectar negativamente la capa más superficial del cabello, lo que da como resultado una melena opaca y sin brillo. Además, el cabello dañado por el calor tiende a sentirse áspero y menos suave al tacto. Como ves, no compensa lucir un alisado o unos rizos perfectos si a cambio el pelo carece de luminosidad y además está comprometida su salud.
Alteración de la estructura del cabello
La textura del cabello también puede verse modificada con el calor, con la consiguiente degradación de la estructura de la queratina. La consecuencia más notoria es que la melena será más difícil de manejar y se encrespará más. Pasa especialmente en cabellos rizados. Se puede producir también lo que se conoce como “pelo burbuja”, al formarse burbujas de aire dentro de la fibra capilar como consecuencia de las altas temperaturas y la sequedad.
Pérdida de color
El calor abre la cutícula del cabello, lo que permite que los pigmentos del tinte se liberen más fácilmente. ¿El resultado? Pérdida de la intensidad y de la duración del color. Por eso, si tienes el cabello teñido y quieres que el color con el que saliste de la peluquería dure lo más posible, lo adecuado es que lo seques al aire y prescindas de planchas y rizadores.
¿Cómo mitigar los daños en el cabello causados por el calor?
Lo mejor es emplear alternativas para conseguir los mismos resultados que con planchas o rizadores. Por ejemplo, para evitar el encrespamiento o alisar podemos optar por un tratamiento de queratina.
Sin duda, dejar estos tratamientos con calor solo para ocasiones especiales es la opción más inteligente, así como aplicar protectores térmicos en el cabello cada vez que los usemos. Estos productos crean una barrera protectora que evita que el calor dañe nuestro pelo. Se aplican fácilmente y con rapidez en forma de spray, crema o aceite, siempre sobre el cabello húmedo, y son muy efectivos. Es importante que se extiendan por toda la melena, por lo que puede ser útil dividirla en secciones para aplicar el producto uniformemente.
Otra buena práctica es elegir con mucho cuidado la temperatura de las herramientas. Ten en cuenta que los cabellos finos son los más sensibles al calor, así como los teñidos y castigados, por lo que es mejor no superar los 160ºC. Un cabello normal y en buen estado puede tolerar hasta 180ºC. Los cabellos más gruesos y fuertes se pueden someter a temperaturas más altas, entre 180 y 230ºC.
Asimismo, presta atención al secado con calor: no uses nunca la temperatura máxima del secador de pelo y muévelo constantemente para evitar que reciba demasiado calor una misma zona. Lo mejor es siempre optar por la temperatura fría para secar nuestro cabello.
Sobre la plancha o el rizador, hay algunas pautas a tener en cuenta antes de usarlos. Por ejemplo, seca el pelo antes de aplicarlos, no los uses a diario y, si lo haces, nunca a más de 150ºC o acabarás por quemar el cabello.
Nuestra recomendación: evita las herramientas de calor
En Insparya somos expertos en salud capilar, por lo que conocemos las consecuencias que las herramientas de alta temperatura en el cabello. Nuestro pelo ya sufre suficientes agresiones externas (el sol, el viento, el frío, el agua del mar, el cloro, etc.) como para añadir más y, además, de forma cotidiana. Por eso te recomendamos que elimines de tu día a día secadores, planchas y rizadores. Úsalos solo para ocasiones especiales y siempre aplica antes un producto protector térmico.
Si crees que has abusado de esta herramientas y tu cabello ya no es el que era, consigue ya tu cita en Insparya y recibe un diagnóstico gratuito por videollamada. Nuestro equipo multidisciplinar, con especialistas de dilatada experiencia, darán con tu problema y te propondrán soluciones 100 % personalizadas.