Ciclos o fases de vida del pelo: anágena, catágena y telógena

El pelo no crece de forma aleatoria: sigue un ciclo vital con varias fases que se repiten a lo largo de nuestra vida. Hoy te ayudamos a entender cómo funciona este proceso, algo fundamental para saber identificar correctamente la caída capilar, la pérdida de densidad o cómo es la respuesta a los tratamientos capilares. Sigue leyendo para saber más sobre las tres etapas principales, anágena, catágena y telógena, su duración, sus características y qué factores pueden alterarlas. Conocerlas no solo te ayudará a entender mejor tu cabello, sino también a identificar a tiempo posibles problemas y valorar cuándo debes acudir a un especialista.

Recuerda que en Insparya ponemos a tu disposición un diagnóstico capilar gratuito para analizar el estado de tu cabello y orientarte hacia el tratamiento más adecuado.

Ciclos o fases de vida del pelo: anágena, catágena y telógena

¿Cuáles son las fases o ciclos del crecimiento del pelo?

El proceso de renovación capilar se repite durante toda la vida. De este modo, siempre hay cabellos en diferentes etapas al mismo tiempo y así nuestra melena mantiene un aspecto constante, aunque algunos folículos estén en crecimiento y otros en reposo o caída.

El ciclo piloso: un proceso de renovación constante

Como decíamos con anterioridad, el cabello no crece de manera continua, sino que sigue un ciclo biológico perfectamente organizado. Cada folículo piloso pasa por diferentes etapas que determinan si el pelo está creciendo, descansando o preparándose para caer. Comprender estas fases es clave para interpretar la salud capilar y actuar de forma temprana ante problemas como la caída excesiva.

Si notas cambios en tu densidad o un aumento de la caída, lo más recomendable es solicitar un diagnóstico profesional para conocer en qué punto se encuentra tu cabello.

Las 3 etapas clave del ciclo de vida de un pelo

Cada cabello atraviesa tres momentos esenciales en su vida: crecimiento, transición y reposo. Conocer cómo funcionan estas etapas nos permite entender por qué unos pelos crecen, otros se caen y otros están en pausa al mismo tiempo.

Fase anágena: la etapa de crecimiento activo

La fase de crecimiento o anágena, se alarga habitualmente entre 4 y 8 años. Durante este tiempo el pelo nace y crece pegado a la papila. El folículo en esta fase está sano y sus células tienen una actividad continua, por lo que el cabello tiene un crecimiento lineal. La longitud del cabello está determinada por esta fase. Así, cuanto más dure esta etapa, más largos serán. 

En este momento el cabello crece aproximadamente 1 cm al mes y suele encontrarse entre un 80-90 % de los pelos de la cabeza en esta fase.

¿Cómo saber si mi pelo está en fase anágena?

La fase anágena es la primera etapa del ciclo de crecimiento del cabello y la más visible. Puedes saber que tu cabello está en esta etapa simplemente mirándote al espejo con atención cada día. Así identificarás qué nuevos cabellos crecen, puesto que son más cortos que los demás. También puedes optar por medir el largo de tu cabello con una cinta métrica para asegurarte de que esté creciendo. 

Además, un médico especialista puede analizar tu cuero cabelludo para determinarlo. Un signo indirecto es el crecimiento sostenido y con grosor adecuado. Tratamientos como el Tricopat, que estimula la fase anágena mediante tecnologías avanzadas, ayudan a potenciar esta etapa.

Fase catágena: la fase de transición

En esta etapa, que dura entre 3 y 6 semanas, el pelo deja de crecer y se separa de la papila. La actividad de las células del folículo se para y provoca una parada del crecimiento, así como la posterior caída en la que el folículo cambia de forma. Es una etapa necesaria para preparar el terreno de la siguiente fase.

Aunque pueda parecer una fase poco relevante, es esencial porque permite que el folículo se regenere y se prepare para el siguiente ciclo de crecimiento. En esta etapa el pelo aún permanece en el cuero cabelludo, pero su anclaje empieza a debilitarse, facilitando que más adelante se desprenda de forma natural.

En condiciones normales, solo un 1 % de los cabellos de la cabeza se encuentran en fase catágena al mismo tiempo, lo que explica por qué su impacto no suele percibirse. Sin embargo, cuando factores como el estrés, cambios hormonales o ciertas patologías alteran esta proporción, puede acelerarse la entrada en telógeno y notarse una caída más abundante.

Conocer estas etapas ayuda a diferenciar una caída fisiológica normal de un problema capilar que requiera atención médica. Ante cualquier duda, lo recomendable es solicitar un diagnóstico capilar profesional, que permita valorar el estado de los folículos y, si fuera necesario, iniciar un tratamiento para fortalecerlos.

Fase telógena: reposo y caída del cabello

La fase telógena es la etapa final del ciclo capilar y corresponde al momento de reposo del folículo. Dura entre 2 y 4 meses, durante los cuales el folículo permanece inactivo y no genera nueva fibra capilar. Aunque el pelo sigue visible en el cuero cabelludo, está preparado para desprenderse.

Al final de esta fase, el cabello se cae de manera natural, ya sea al peinarnos o al lavárnoslo, o incluso de forma espontánea. Así deja libre al folículo para que comience un nuevo ciclo en fase anágena. De hecho, mientras un pelo está en la etapa telógena, otro ya empieza a formarse en el mismo folículo, lo que asegura la renovación constante de la melena.

En una situación normal, alrededor del 10-15 % del cabello se encuentra en fase telógena en un momento dado. Por eso es habitual perder entre 50 y 100 cabellos al día sin que esto suponga un signo de alarma. Sin embargo, cuando un número excesivo de folículos entra en esta fase al mismo tiempo, como ocurre en el efluvio telógeno, la caída puede volverse más abundante y evidente.

Si percibes una caída excesiva o prolongada, lo más recomendable es realizar un diagnóstico capilar profesional para descartar patologías y valorar tratamientos de bioestimulación que ayuden a reactivar los folículos y devolverlos a la fase de crecimiento.

¿Cuánto dura la fase telógena del pelo?

La duración media es de 3 meses, aunque puede variar según factores genéticos, hormonales o ambientales. Por eso, cuando se produce un efluvio telógeno (caída abundante y difusa), suele notarse a los pocos meses de haber pasado por un episodio de estrés, enfermedad o cambio hormonal.

Así, se estima que, si partimos de una situación normal, el porcentaje de las fases del pelo se divide, más o menos, de esta forma: 

  • 85% fase anágena.
  • 1% fase catágena.
  • 14% fase telógena.

Si observas una caída persistente más allá de los ciclos normales, conviene consultar con un especialista para descartar una alopecia.

Ciclos o fases de vida del pelo: anágena, catágena y telógena

Factores que alteran el ciclo capilar y mitos comunes

Aunque el ciclo capilar es un proceso natural y constante, existen factores que pueden alterar su ritmo o intensidad, provocando una caída mayor de lo habitual. Además, circulan muchos mitos en torno al crecimiento y la renovación del cabello que conviene aclarar para no caer en falsas creencias.

¿Cuál es la temporada en la que más se cae el pelo?

La caída del cabello preocupa en cualquier época del año, pero siempre se habla más de la caída del cabello en otoño. Son varios los expertos que lo confirman y aseguran que, aunque la caída estacional puede producirse en cualquier momento, en otoño es más habitual que suceda. Es entonces cuando más nos damos cuenta. En otoño la media de cabellos que se caen crece, supera los 100 y 150 de media normal y esto se detecta fácilmente.

¿Qué le pasa a tu cabello cada 7 años? El mito de la renovación capilar

Está muy extendida la creencia de que el cabello se renueva por completo cada 7 años. Sin embargo, la ciencia demuestra que esto no hay un calendario marcado: no todos los cabellos siguen un ritmo exacto, sino que cada folículo piloso funciona de manera independiente. De esta forma, se alternan entre fases de crecimiento, transición y reposo.

Lo que sí es cierto es que con el paso del tiempo nuestro cabello puede cambiar en grosor, densidad o velocidad de crecimiento, sobre todo por factores hormonales, genéticos o ambientales. Es decir, no hay una renovación total cada 7 años, pero sí se pueden percibir cambios en el aspecto de la melena a lo largo de la vida.

Es más, estas variaciones suelen notarse más en etapas clave como la adolescencia, el posparto o la menopausia. En momentos así los folículos responden a estímulos hormonales que modifican el ciclo capilar.

Por eso, más que hablar de “renovación cada 7 años”, hay que entender que el cabello está en constante renovación y que cualquier alteración relevante debe ser valorada por un especialista para identificar posibles patologías.

Alteraciones del ciclo y su relación con la alopecia

El ciclo capilar funciona como un engranaje de relojes independientes. Cuando ese mecanismo se altera, las fases dejan de estar equilibradas: el folículo puede entrar antes de lo normal en telógeno (reposo y caída) o permanecer demasiado tiempo inactivo, lo que provoca que se reduzca la producción de nuevo cabello.

Este desequilibrio está en la base de muchas formas de alopecia. En la alopecia androgénica, por ejemplo, la fase anágena se acorta progresivamente, por lo que el pelo nace cada vez más fino y débil, hasta que el folículo deja de generar cabello. En un efluvio telógeno, en cambio, un alto porcentaje de folículos entra en reposo de manera simultánea, provocando una caída difusa y repentina que puede alarmar al paciente, aunque en muchos casos es reversible.

También situaciones de estrés intenso, déficits nutricionales, cambios hormonales o enfermedades sistémicas pueden provocar que el ciclo capilar se acelere o se frene. Lo importante es comprender que la caída no siempre responde a una sola causa, sino a la interacción de varios factores que impactan en el folículo.

Por eso, la valoración médica es clave. A través de un diagnóstico capilar profesional, se puede identificar el origen de la alteración y diseñar un tratamiento a medida. En Insparya, tecnologías innovadoras como Tricopat estimulan la fase anágena y favorecen la regeneración del folículo, contribuyendo a frenar la caída y mejorar la densidad capilar.

La importancia de las fases del pelo en tratamientos capilares

Es muy importante identificar en qué etapa del ciclo se encuentra el cabello para conseguir la máxima eficacia en los tratamientos. Desde la depilación láser hasta las terapias de regeneración capilar, el éxito depende de actuar en el momento biológico más adecuado.

¿Por qué las fases de crecimiento del pelo influyen en la depilación láser?

La depilación láser solo es efectiva en pelos en fase anágena, porque en ese momento el folículo está activo y puede absorber la energía de la mejor forma. Como no todos los cabellos se encuentran en la misma fase a la vez, es necesario realizar varias sesiones espaciadas. Así se garantiza que el láser impacta progresivamente en la mayoría de los folículos.

Además, este mismo principio explica por qué algunos tratamientos de estimulación capilar, como la fotobiomodulación o tecnologías innovadoras como Tricopat, se enfocan en reactivar la fase anágena, prolongando el crecimiento y mejorando la densidad del cabello.

Cómo identificar problemas en el ciclo del cabello y cuándo buscar ayuda profesional

Como estamos viendo o no resulta sencillo responder de forma clara y universal a esta pregunta, pero hay varios signos que pueden señalar una caída excesiva. No hay que preocuparse durante el lavado del cabello, con el peinado y cepillado diario ni con la caída estacional como hemos descrito, ya que en esos momentos es cuando más se cae. Sí deberíamos prestar atención cuando la caída de pelo es lenta y continua, ya que puede tratarse de una patología.  

La buena noticia es que cada vez hay tratamientos más innovadores para afrontar la caída del cabello. Si bien el trasplante capilar es la única solución definitiva para la alopecia, hay tratamientos capilares muy eficaces para recuperar el pelo. Se pueden aplicar individualmente o en conjunto para potenciar los resultados:

  • Fotobiomodulación. La fotobiomodulación Insparya (LLLT) es un tratamiento no invasivo de luz láser de baja intensidad. Su objetivo es estimular el crecimiento capilar, fortalecer el folículo y reducir la caída del cabello. También es útil para mejorar la circulación en el cuero cabelludo, prolongar la fase de crecimiento del pelo y, en definitiva, crear un entorno más saludable para que el cabello crezca más denso y grueso. Es una excelente opción para tratar la alopecia androgenética, aumentar la densidad o recuperarse más rápido tras un trasplante capilar.
  • Tricopat. Se trata de un tratamiento no invasivo que combina cinco tecnologías avanzadas —microincisiones (Skin Patting®), ondas acústicas, iontoforesis, fotobiomodulación LED y factores de crecimiento— para estimular el crecimiento capilar, fortalecer los folículos y prevenir la caída del pelo. Está indicado tanto para casos con causas genéticas (en hombres y en mujeres), como para pérdidas localizadas o difusas o para mejorar la calidad del cabello tras un trasplante. El protocolo típico comprende unas 6 sesiones, con resultados visibles entre los 3 y 6 meses. Puede combinarse con otros tratamientos como la fotobiomodulación para potenciar sus efectos.
  • 4GenInparya. Es un dispositivo para uso doméstico que combina cuatro tipos de estimulación: eléctrica, bioquímica, mecánica y láser. Se aplican en sesiones de solo 5 a 8 minutos al día. Está diseñado para mejorar el grosor, la densidad y frenar la caída del cabello tanto en hombres como en mujeres, y libera minerales como zinc y cobre que ayudan a intervenir en los procesos hormonales relacionados con la alopecia. Los resultados estimados indican una mejora del 40 % en volumen y grosor en solo 4 meses.
  • Micropigmentación capilar. Mediante la micropigmentación selectiva del cuero cabelludo se simula la presencia de salida de pelo. Los objetivos principales son modificar, corregir, embellecer y reequilibrar de forma semipermanente determinados rasgos corporales mediante la implantación de pigmento en la piel.
  • Trasplante capilar. Es un procedimiento minucioso realizado por especialistas, que trasladan unidades foliculares de la zona donante (zona occipital y laterales) a las zonas con alopecia (frontal y coronilla). En la actualidad, es la única opción definitiva para la calvicie.

En resumen, la mejor manera de conocer el estado real de tu cabello es a través de un diagnóstico capilar especializado, que analice la situación de cada folículo y defina un plan de acción personalizado. Por eso, si notas que tu cabello se cae más de lo que debería, contacta ya con Insparya y agenda tu primera cita para salir de dudas. Contamos con un equipo multidisciplinar que sabrá identificar la razón de esa caída y ponerle una solución eficaz.