La escala Norwood-Hamilton para medir la alopecia masculina
La escala Norwood-Hamilton (escala NW) es una clasificación de hasta siete grados de la alopecia en los hombres, desarrollada en 1951 por el doctor Hamilton y ampliada en 1975 por el doctor Norwood. Es la medición que emplean dermatólogos y clínicas capilares para señalar cómo de grave es la pérdida de cabello en la alopecia androgénica y en qué zonas se produce, para así determinar con mayor precisión el tratamiento.
La alopecia androgénica, la calvicie masculina más común
La alopecia masculina suele tener causas genéticas y hormonales, aunque también pueden influir ciertos déficits nutricionales o épocas de estrés. Si es por estas últimas dos causas, será una alopecia masculina pero tipo efluvio telógeno.
Se presenta a partir de los 20 años, si bien puede aparecer en edades más tempranas, y con el avanzar de la edad puede afectar hasta al 80% de la población masculina.
Así, se empieza a perder densidad capilar en la zona frontal y temporal (entradas), para continuar en la coronilla. Los folículos pilosos de estas zonas tienen mayor sensibilidad a los andrógenos, hormonas causantes de una progresiva miniaturización de los folículos hasta lograr su total desaparición.
Para frenar la evolución de la alopecia androgénica es vital detectarla a tiempo, que es en los grados 1 y 2 de la escala Norwood-Hamilton. En estas primeras etapas hay tratamientos capilares para mejorar la calidad del cabello. Es el caso de la mesoterapia capilar (MesoHair), el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y el láser de baja frecuencia. Pero hay que tener claro que la solución definitiva para la alopecia androgénica es el trasplante capilar.
Los 7 grados de la escala Norwood-Hamilton
La escala determina el grado 1 como el más leve y el 7 el más avanzado. No todos los pacientes alcanzarán ese último grado, sobre todo si se someten a un tratamiento para frenar en lo posible su avance y mejorar la densidad capilar. Estas son las características de cada grado de la escala Hamilton-Norwood:
Grado 1. La pérdida de densidad en la zona frontal es leve, con un sutil retroceso de la línea de crecimiento del cabello. A menudo pasa desapercibida.
Grado 2. A lo anterior se suma la pérdida de pelo en la zona de las entradas, que cada vez se notan más. En algunos casos la alopecia no avanza más allá.
Grado 3. Se amplían las áreas con pérdida de cabello, afectando ya a la coronilla. Si no se toman medidas llegado este punto, la caída continuará.
Grado 4. La calvicie es más notoria que en el grado 3, con zonas ya muy despobladas. Todavía es posible conseguir que remita con tratamientos capilares como el Plasma Rico en Plaquetas (PRP), además de la mesoterapia y el láser baja frecuencia.
Grado 5. Comienza a estrecharse la zona de pelo que separa entradas de coronilla. A partir de aquí solo el injerto capilar solucionará la alopecia, que ya se considera severa.
Grado 6. Desaparece esa banda, por lo que la zona superior de la cabeza queda completamente calva. Además, empieza a perderse cabello en la nuca y áreas laterales.
Grado 7. Es la etapa más avanzada, en la que solo queda pelo en la parte posterior de la cabeza, que une la zona de las orejas y la nuca. El injerto capilar sigue siendo una opción válida para mejorar la alopecia en esta fase, siempre que haya cabello suficiente en la zona donante.
Si notas que tu salud capilar se está resintiendo, ponte cuanto antes en manos de expertos. La detección precoz de las primeras etapas de la alopecia androgénica es clave para evitar una calvicie total.
